Domingo 26 de Marzo de 2023

RESEÑAS

29 de julio de 2022

Una obra de (des) amor, locura y muerte

“Apurate hermoso traidor”, el unipersonal de Paula Luraschi se presentó con dos funciones el pasado viernes 29 y sábado 30 de julio en La Cultural de Abajo (Entre Ríos Nº579). Una joya teatral que propone una reflexión sobre el abandono institucional en el campo de la salud mental. Con un intenso vuelo poético y una puesta impecable, una mirada humanizante frente a la barbarie y el sufrimiento.

Una jauría de perros salvajes ronda sigilosamente. El peligro está afuera, a la sombra, acechando. El adentro es vulnerable, presa fácil. No hay demasiado tiempo. Más bien, no hay tiempo. Es cuestión de nada. Los colmillos son afiladísimos. Tan solo un paseo bastará. Una inocente distracción como caminar por el jardín y respirar aire fresco será irremediable. Están ahí, aunque se oculten en los árboles. Son los amos del territorio hace años. Van en grupo como las pirañas. Todas las denuncias fueron en vano, a nadie interesa tus caminatas, tu cabeza. Jorge, no vayas. No salgas. Ya es tarde. Una dentellada, dos, tres y contando. ¿Gritas? Nadie te oye. Las bestias seguirán mordiendo hasta el cansancio. Ferozmente y sin piedad.

Una noticia de mayo del 2020 pandémico estremeció a la joven actriz y dramaturga Paula Luraschi: Jorge Marcheggiano de 70 años, paciente del Hospital Borda, fue atacado brutalmente por una jauría de perros mientras caminaba por el parque de la institución. Murió a las pocas horas de llegar al hospital donde fue trasladado. De ese trágico suceso germinó “Apurate hermoso traidor”, una obra teatral demoledora que evoca con crudeza y belleza la impotencia, el desamparo y la opacidad de una muerte atroz y evitable. No hay un relato lineal, sino una narrativa poderosa en significantes y gestualidades, de resonancias y recursos poéticos que abordan la problemática de la salud mental y la desidia estatal con una contundencia apabullante. El cuerpo de Paula se multiplica y se transforma como un origami en tantas figuras y personajes que la trama adquiere una fluidez incontenible que circula entre el horror, la ternura y la hilaridad.

El unipersonal apuesta por una estética diferente, poco habitual en la escena de la ciudad, que linda entre el grotesco y el absurdo. Un texto arriesgado, potente, con una expresividad deslumbrante que no da respiro. Cada acción corporal es impulsada por una fuerza indómita y natural que contornea y explora los laberintos de la locura, la fugacidad del amor, el miedo lacerante de la soledad, la amenaza de los otros, el peligro siempre cerca. Y el cuerpo se bambolea con furia y aspereza pulsando todas las piezas emocionales con un grado de intención e intensidad conmovedora: vuela como un pájaro, se lastima, huye, implora, tiembla, cruje. Ave y cazador, médico y paciente, sociedad y víctima. ¿Hay alguna salvación posible cuando se cruza el umbral del silencio y la indiferencia?

El vestuario y montaje escénico no pasan desapercibidos y otorgan el clímax preciso a la construcción del texto. Un espacio vacío, sobrio y oscuro. Una máscara que oculta un rostro. Jaulas para pájaros desperdigadas en el piso. Un lienzo desplegado sobre una pared en el que se proyectan sombras a través de un excelente trabajo de luces que provocan sugerentes elipsis narrativas. La música es otro acierto: el vals melancólico de piano invita al público a sumergirse en la fragilidad de los personajes que interpreta la actriz. Resulta muy lograda la idea de estructurar la obra en tres loop que a fuerza de reiteración da un efecto de circularidad y una sensación infinita de deja vu. ¿Metáfora de la naturalización de la violencia en los tiempos que vivimos?     

Hay otros pacientes con marcas de mordeduras en las piernas. Sobrevivientes de los ataques voraces. Jorge no tuvo la suerte. Jorge no sobrevivió. Su cuerpo yerto, mutilado y destrozado permaneció horas abandonado a la intemperie. Los perros huyeron en tropel por rumbos inciertos. Con sus hocicos satisfechos. Jorge fue hallado por un empleado de seguridad que patrullaba las inmediaciones del nosocomio. Jorge respiraba el último hilo de aire de los jardines. ¿Habrá más Jorges arrojados al olvido? ¿Quién es el traidor? ¿Quién, el cómplice? ¿Quiénes son las bestias salvajes cuando los vínculos de contención se rompen por completo?

Por: Facundo Petrocelli


Ficha:
Actuación y dramaturgia: Paula Luraschi
Dirección actoral y montaje: Mauro Lemaire
Asistencia de dirección: Cecilia Pesoga y Vande Guru
Dirección de arte y montaje: Davoc Berard  
Dibujo: Sebastián Bona
Asesoría coreográfica: Mercedes Luisetti
Vestuario: Lorena Fenoglio
Producción administrativa: Pato Blanco
Producción de sonido: Alexis Leguizamón y Yanet Peralta
Iluminación: Pato Maggioni 
Maquillaje: Cecilia Pesoga 
Fotografía: Vande Guru

 

 

 

 


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